jueves, 16 de junio de 2011

Catarsis (Parte 6)

Pronto la desesperación se apoderó de la multitud, mientras poco a poco se daban cuenta que el asesino no lo encarnaba un actor de la obra, sino el mismo hombre que antes había estado sentado entre ellos, nervioso e incómodo. El gentío se acumuló en las puertas, mientras intentaban sin éxito abrirlas para escapar. Al parecer, antes de entrar, habían dicho muy en serio que el dramatismo de la obra no permitía que se saliese del edificio hasta el final. Pero esto ya era una situación fuera de control y seguramente no prevista. En medio del desorden, nadie notó que el asesino se retiró buscando el cuerpo del director en la parte trasera del escenario. Tomó las llaves del edificio. Allí el bullicio no era más que un débil lamento que se ahogaba entre las paredes del teatro. Soltó el arma, que se había manchado con vidas inocentes, almas que no habían tenido que ver con aquel evento de su niñez que lo habría de marcar.  Mientras regaba un poco de combustible de las lámparas y encendía un fuego arrasador, vio la cicatriz de sus manos. Las imágenes del recuerdo se comenzaron a confundir con la realidad. Las llamas se agitaban y le parecía ver entre ellas a su familia. Era tan solo un niño, víctima del destino. Los había visto morir y él se había salvado pero los implacables látigos del fuego habían dejado marcas en su piel y aún peor, aquel evento había dejado marcas en su mente. Había encerrado el odio por tanto tiempo, pero el catártico momento había terminado por liberar su mente, purificarla de la maldad que tanto tiempo había guardado. Las víctimas en el teatro no eran más que eso, personas perjudicadas por una mala jugada del azar.
Salió por una puerta trasera del teatro y cerró con llave. Allí dentro, la conflagración acorraló a una indefensa muchedumbre que se vio vencida y pronto se resignó al trágico final, mientras los gritos más desgarradores empezaban a alertar a las cercanías del teatro.
Allí afuera, a la luz de las llamas en la solitaria noche, el hombre recuperó lentamente la cordura, antes cegada por el cólera, por una demencia pavorosa que lo había convertido en un pérfido ser, carente de juicio, respeto o compasión. Las expresiones de dolor, los gritos y una sensación molesta de suciedad en las manos y la conciencia derribaron su ánimo. Se sentó allí, entregado a su remordimiento y estuvo así durante mucho tiempo, indiferente a su entorno, viendo fugazmente el desesperado pero inútil intento de las personas que ya habían llegado al teatro para salvar a la multitud de adentro.
A los momentos que sobrevinieron, solo le quedaron en la memoria confusas imágenes. Perdió la noción de tiempo y espacio. Cuando volvió en sí, se encontraba en una celda oscura, en algún lugar para tratar su peligroso desorden mental, mientras se daba cuenta que por fin había liberado la locura, a costas de tantas vidas. ¿Acaso su vida había valido más?  Aquella idea combinado con el duro arrepentimiento, lo mantendrían en un estado de  locura desesperante hasta el fin de sus días, casi tan angustiosa como lo que habían sentido sus víctimas.

Por Camilo

4 comentarios:

  1. El arrepentimiento es un falso ideal de redención. Arrepentirse es haber fracasado en algo y se consciente de ello. En este caso, el fracaso es atroz, el personaje falla como ser humano que no pudo remediar lo malo del pasado y lo tranformó en la maldad de su presente. Y por ello, pagará con su futuro. Buen texto Camilo, nos tuviste hasta el final esperando. Un abrazo.

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  2. Gracias por seguir la historia hasta el final. Es muy cierto lo que dice. El arrepentimiento del personaje llega cuando es obsoleto y ha cobrado vidas que no se pueden reponer.

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  3. puse un link en mi blog dedicado a tu historia :) porque me mantuvo pendiente de seguirla...esta buena y supongo que hay mas finales verdad? soy de las que adora los finales alternativos y me gustó este pero ya que estoy aqui, y en pedir no hay engaño...no te tirarías un alterending?
    Saludos!

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  4. Pobreantena: La verdad en este momento no se me ocurren finales alternativos. No quiero decepcionarla con un solo final pero simplemente no tengo más ideas. Si alguna vez se me ocurre alguna, trataré de hacerlo. Gracias por visitar y comentar.

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