martes, 14 de junio de 2011

Catarsis (Parte 5)


Les tomó cierto tiempo entender que aquella aterradora escena, donde se habían visto morir en una jaula oscura no era más que un ingenioso elemento del director para darle el realismo del que carecía el teatro convencional. Habían sido incluidos como actores de manera inesperada y en un momento crucial, donde se ponía en juego la vida, algo que el instinto, en un intento por protegerla, mostraría facetas violentas y desconocidas hasta en las personas más refinadas. Habiendo asimilado el suceso que acababa de ocurrir, pero con cierto recelo y cautela, el público se reubicó nuevamente.
Cuando la quietud dominaba de nuevo, la obra continuó con otra escena nocturna. Un hombre sentado junto a una ventana, escribía a la luz de una vela. Justo detrás de él, un asesino avanzaba silenciosamente. Estando a pocos pasos de él, elevó su arma para asestarle un golpe funesto, pero detrás de él surgió otro personaje, también cubierto con túnica y en un rápido movimiento descargó varias puñaladas, mientras su sangre salpicaba la escena y un grito tan real que conmocionó al público. Sin dejar reaccionar al otro personaje en escena, el asesino continuó con él y acabó con su vida en  pocos golpes certeros. En el escenario apareció corriendo otro personaje, que intentó inútilmente evitar la muerte del escritor. Por el contrario, el asesino se volteó y también a él le quito la vida. Obviamente la obra se encontraba cercana a la cúspide de la historia. La excelencia de los actores implicaba un evento principal en esa escena. Varios actores más entraban en escena, tratando de someter al bestial asesino, que aparentemente estaba dominado por la adrenalina del momento, ya que su fuerza sobrepasaba en demasía a la de sus adversarios. Pronto la escena se convirtió en una morbosa masacre que rallaba en lo enfermizo. Cierto disgusto comenzó a surgir entre el público, que presenciaban una escena bastante exagerada y de un tema algo incómodo, sobre todo habiéndose enfrentado al pánico pocos instantes antes. La perspectiva cambió cuando el asesino bajó del escenario y se dirigió hacia los espectadores. Esperando una situación similar a la anterior, el nerviosismo frente a semejante asesino fue alto, pero la reacción fue más controlada y discreta. A pesar de su comportamiento indiferente, el homicida siguió con su objetivo y tomó a una mujer, quitándole la vida en un rápido pero impactante momento. Continuó con otro hombre y el público pronto se dio cuenta de que los asesinatos eran demasiado reales.  El horrible personaje continuaba con su actividad mientras el temor comenzaba a dominar a las personas. Finalmente comenzaron a huir, sin saber la razón. Quizá porque el realismo de los actos despertaba una vez más un reflejo de autoprotección.
Continuará...

Por Camilo

3 comentarios:

  1. Sigo aquí, firme, esperando la conclusión.
    :)

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  2. Netomancia, LePerdu: Ya he subido la última parte. Espero que les guste. Les agradezco por seguir la historia y por visitar el blog.

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