jueves, 13 de octubre de 2011

Sombra

Estaba sentado en una banca junto al lago. La sombra que salía de sus pies se alargaba cada vez más, volviéndose más borrosa, más clara. Comenzó a repasar recuerdos de su vida. Su sombra siempre había estado a su lado. Pero ese día, sin explicarlo, había decidido irse. A medida que avanzaba la tarde, su sombra se iba alejando más. No entendía. Tanto tiempo había sido su fiel compañera y de repente un día cualquiera se iba. Pero ese día, sentado junto al agua encontró la razón. En el reflejo de su rostro no encontró al hombre alegre que había vivido con su sombra por años. Ahora era un anciano cansado, a quien el tiempo finalmente empezaba a cobrarle las andanzas. Mientras fue joven, había llevado a su sombra a los más hermosos parajes. Había sido todo un aventurero. Pero ahora no tenía nada que ofrecerle a su amiga. Y por eso lo dejaba. Bajó la mirada a sus pies y vio como la sombra finalmente se desprendía de su cuerpo. La observó mientras se alejaba.  Y entonces se acabó toda la tristeza. Se acabó el cansancio de la vejez. Volvió a sentirse joven.  Se fue fundiendo con el paisaje y luego se posó a los pies de otro, para convertirse en su nuevo compañero.

8 comentarios:

  1. Sombra, según Glosario paranoico es "una densidad oscura que cae de los cuerpos". Me pareció muy interesante tu microrrelato, pensar que esa densidad va acumulando todo el tiempo y las decepciones y las aventuras que al fin de cuentas son las que desgastan (con sumo placer, claro está) una existencia; ese abandono de su propia sombra suena más a esperanza que a dolor.

    Muy bueno, un gran abrazo desde el frutillar.

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  2. Que linda imagen nos entrega este relato breve, una especie de ciclo, donde el final es el comienzo. Aplausos!
    Saludos!

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  3. Juan Ojeda: ¿Quien más ha estado a nuestro lado siempre? El abandono de una compañía tan larga tiene que causar lágrimas, no necesariamente de tristeza. Gracias por comentar.
    Netoancia: Sí. El final de la vida sería el comienzo de una compañía. Ahora quedaría por saber a donde van las sombras. Quizá después lo intente. Gracias por comentar.

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  4. Hola, Camilo, llegué hasta aquí siguiendo un comentario tuyo en en blog amigo.
    Muy buen texto. Me verás entre los seguidores.
    Cuando quieras, puedes darte una vuelta por el mío y me das tu opinión, aparece en mi perfil.
    Un abrazo.
    HD

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  5. Humberto Dib: Que bueno. Un nuevo miembro siempre es bien recibido por aquí. Espero verlo comentando de nuevo. Ya me paso por su blog. Gracias por comentar.

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  6. Bueno, estuve de vuelta por aquí, para agradecerte la visita y porque quería releer tu texto.
    Mal andamos cuando nuestra sombra nos abandona... y todos sabemos quienes no tienen sombra.
    Un saludo.
    HD

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  7. Es que para tener sombra hay que salir al sol.

    Muy lindo relato.

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  8. Humberto Dib: Después de todo, es la sombra quien nos recuerda que no somos más que elementos del paisaje y nada más. Gracias por comentar.
    Lucas Fulgi: Puede que sí, pero algo de ella nos acompaña en las noches. Gracias por comentar.

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