jueves, 25 de agosto de 2011

El extraño (Final alternativo II)


No supo por cuánto tiempo había estado ahí parado. Se había perdido, mirando la ciudad mientras buscaba en lo más profundo de su mente. Al volver de lo que le parecía había sido un letargo, la noche se acercaba a un nuevo final. La cantidad de personas y carros abajo aumentaba, mientras todos viajaban a su trabajo. Encontraba muy entretenida esa hora del día pues casi podía ver el afán de la ciudad al saber que ya empezaba una nueva jornada. Todos como robots, que iban apurados a sus lugares. El sonido de las bocinas se elevaba por entre los edificios, hasta llegar a su ventana.
Repentinamente, sintió un impulso. Sin entender completamente que hacía, tomó su abrigo del perchero que había junto a la puerta de su apartamento. Cerró con llave y bajó. Se sentía guiado por una fuerza, pero no creía en esas cosas. Estaba seguro que la fuerza que lo guiaba era él mismo. Bajó por las escaleras. El ascensor no era lo que necesitaba. Por las escaleras era un descenso preciso, llegaría al primer piso en el momento justo. El tiempo que tardase dependía únicamente de la velocidad de sus pasos. Pero en el ascensor estaba expuesto al azar. En cualquier momento alguien más podía presionar el botón y entonces retrasar su viaje al primer piso.
Al llegar allí, saludó con un gesto casi imperceptible al portero. En la puerta principal se encontró con una anciana del edificio que también iba de salida. Pero, contrario al protocolo social, se adelantó a la mujer, casi empujándola hacia un lado, sin sostenerle siquiera la puerta. Era un retraso que no podía permitirse. Cruzo la calle sin asegurarse que no venía ningún carro. El chirrido de unas llantas y los insultos de un conductor no le importaron. Tenía que llegar al lugar donde iba en el momento preciso, ni un segundo antes ni un segundo después. Una cuadra más arriba, en el borde de la acera había una mujer parada junto a un poste, esperando el cambio de luces para poder cruzar a salvo. La vio desde varios metros y supo que era su objetivo. Aceleró sus pasos, al ritmo de su corazón. Llegaba tarde. Se agotaba el tiempo. Unos metros más. La embistió como un animal. Ella cayó hacia delante. Él a su lado, también sobre el pavimento. Un estruendo. Varios carros tratando de frenar. Algo que se estrellaba produciendo un fuerte ruido. Aturdido por el frenético ritmo de los sucesos, tardó unos segundos para reconstruir la escena a partir de los elementos que lo rodeaban. Estaba a pocos centímetros del lugar donde unos instantes antes estaba la mujer. El poste ya no estaba. Un camión había barrido con este antes de estrellarse contra un muro. La mujer lloraba. No paraba de agradecerle. De no haberla empujado, ya no estaría allí.
Sin comprender muy bien, desconcentrado por los curiosos que se acercaban al lugar, se dio cuenta que lo que acababa de hacer era un pequeño aporte a la gran máquina que llamaba universo. Salvar a aquella mujer permitía a la ciudad continuar tal y como era el día anterior.

4 comentarios:

  1. Inesperado este final alternativo!
    Muy bueno!

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  2. ESta muy bien.

    Te invito a que veas mi nuevo blog, puede ser interesante.

    http://trabajoartesano.blogspot.com

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  3. que grande camilo!, vos estas a full!, y me parece muy bien ;)...ya volveré...gracias por ser parte del grupo selecto...

    PD: que finall que finall! genial

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  4. Muy interesante esta alternativa, muy.

    De tanto observar y anotar, queriendo comprenderse a sí mismo acabo por develar la trama del universo. Muchas veces he imaginado el universo como un gran juego del que nunca sabremos las reglas,

    Este personaje, retorno del sopor con una respuesta en su interior, tan esencial que no alcanzó a comprenderla, pero igual corrió a salvar a la mujer,

    Maravilloso este final Camilo!, voy al III

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