domingo, 3 de julio de 2011

Habitación (Parte 2)

Esa noche, ya en su casa, se sentó, tratando de leer el nuevo libro pero no pudo. Era incapaz de concentrarse. La pregunta seguía rondándolo. Pero le parecía extraño. No comprendía porque pensaba en eso. Era una pregunta formulada por un loco. No tenía sentido. Responderla era inecesario. Y sin embargo pensaba en una respuesta, aunque no la encontraba. Se sentía incómodo, incluso en su propio hogar. Sentía que las paredes y el techo del salón donde estaba sentado comenzaban a cerrarse, creando un cubo a su alrededor, sin salida, dejándolo ahí solo, con el libro y nada más. Sudaba de temor. Se sentía encerrado. ¿La eternidad, en una habitación, con un libro? No era el objeto que quería. Salió de la casa casi ahogado, pues sentía que todo se hacía más estrecho. Afuera el silencio reinaba. Las nubes ocultaban la luna y las estrellas. Las luces del interior de su casa iluminaban tenuemente el jardín donde se encontraba. Estuvo allí parado bajo el cielo, en la fría noche, hasta que logró tranquilizarse de nuevo. Entonces volvió a entrar y se dirigió a su habitación.
En toda la noche no pudo dormir ni un poco. Se sentía abrumado, encerrado en aquel cuarto, estrechándose sobre él, atrapándolo para siempre. Buscaba un objeto que calmase su temor, pero no había nada lo suficientemente valioso.  El tiempo se le hacía más largo y la casa más estrecha. Estaba por enloquecer. Deseaba no haber tenido ese encuentro en la tarde.
En medio de la oscuridad vio aparecer una pequeña llama. Notó que tenía un encendedor entre sus manos, apretándolo del mismo modo que lo había hecho su amigo durante su encuentro. La débil luz le dio tranquilidad. Iluminaba poco pero sentía que al menos podía verificar que la habitación no se estrechaba sobre él. Era una luz que iluminaba sutilmente su alrededor. La tibieza que emanaba lo tranquilizaba. Sentía que su temor huía a lugares más ocultos de su mente mientras la llama estaba presente. Pero entonces, tal vez por haber dejado la llama mucho tiempo, esta comenzó a debilitarse. Alrededor de él, la esfera comprendida en el alcance del fuego comenzó a hacerse pequeña. Dejó de ver los objetos de su habitación hasta que no quedaba nada más que él en su cama.  La oscuridad se abalanzó demasiado rápido encerrándolo, dándole movilidad únicamente en la cama. Ahora la llama también lo atemorizaba. Las sábanas se estrecharon demasiado. De repente había más fuego, más luz, quizá demasiado.
El calor se hizo intenso, apareció un olor a humo. Perdió la conciencia.
Solo recordaba confusas y borrosas imágenes. Sentía un fuerte dolor en la piel. Pero no podía moverse. Veía personas vestidas de blanco, acaso ángeles que lo rondaban en su final. Un día vinieron dos ángeles y se lo llevaron. ¿Había muerto? ¿Era así como se iba al cielo? No era que creyese mucho en una vida después de la muerte, pero ahora que enfrentaba su final, su alma se había acobardado y no pudo evitar las lágrimas.
Cuando recobró la lucidez, solo podía ver blanco. Era casi como si estuviese flotando en medio de una blanca nada. Solo sentía el suelo bajo sus pies. Comenzó a tantear torpemente el lugar donde estaba: una habitación cuadrada. Entonces buscó en sus bolsillos algún objeto mientras pensaba de nuevo en la pregunta que lo había enloquecido. Pero no encontró nada, ni en su ropa ni en su mente.

Por Camilo

4 comentarios:

  1. Leído! A esperar la continuación.
    Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Una más y termina. ¿Como le ha parecido hasta ahora?

    ResponderEliminar
  3. ¿Locura contagiosa?
    Quizá la aclaración "simbólica y real" con respecto a la luz pueda transmitirse de otro modo. Dar a entender que la luz es más que una luz... la sugestión es muy útil al momento de escribir.
    Pero no quiero meterme con tu estilo.
    Saludos

    ResponderEliminar
  4. Lucas: Tiene razón. Mientras escribía y releía, me detuve precisamente en esa misma parte "simbólica y real". Pensé lo mismo, hay otras maneras de transmitirlo. Simplemente no encontré una forma que me gustara y al final lo dejé. Veré si en estos días trato de cambiarlo, luego de escribir el final de esta historia. Gracias.

    ResponderEliminar